Por casualidades de la vida, o quizás por serindipia (descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta) hoy, tras muchos días pensando en si hacer algo o no, he dado con esta gran frase de Mark Twain, que me ha abierto los ojos de repente: “Dentro de veinte años estarás más disconforme con las cosas que no hayas hecho que con las que has realizado. Así que suelta las amarras y navega lejos de la seguridad del puerto. Deja que las velas se hinchen. Explora, sueña, descubre

Y es que nos pasamos mucho tiempo pensando en ¿qué pasará si lo hago? ¿y si no lo hago? Bueno, como no estoy seguro/a, mejor lo hago otro día, o le llamo otro día, o le pido perdón otro día.

Todos esos aplazamientos o posposiciones sobre algo que nos gusta e interesa o que podría incluso cambiar el rumbo de una amistad o relación y que dejamos en un segundo plano de nuestros intereses o nuestros quehaceres, tiene su coste en el futuro.

Como bien dijo Mark Twain, podemos pensar: ¿Cómo fui capaz de decirle esto o lo otro? Pero por lo que he oído o me han explicado mis clientes, son más los que se quedan con las ganas de decir o hacer, son más las personas que piensan: ¿Por qué no le dije que le quería? ¿Por qué no le pedí perdón? ¿Por qué dije “no” a aquella oportunidad profesional? ¿Por qué no fui cuándo me lo pidió?

Ya es hora de “soltar amarras” y “navegar lejos de la seguridad del puerto”. A eso en Coaching le llamamos salir de la zona de confort y entrar en la zona mágica, la de las oportunidades, y siempre con la certeza de que podemos volver a nuestra zona de confort, a nuestro puerto, ya que este no se mueve. De hecho, haberle dicho que le quería quizás no hubiese cambiado las cosas, o pedirle perdón, o ir cuándo me pidió que fuera, o aceptar esa oportunidad profesional. ¡Pero lo hice!

Por lo tanto, dejemos que las velas se hinchen. Exploremos, soñemos y disfrutemos.

¡Yo me pongo a ello! ¿Y tú?

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