Hace años decidí que este debía ser mi lema. En esa época era la Responsable de Formación y Desarrollo de una importante empresa hotelera y, debido a mi puesto, constantemente venían a verme y a comentarme su situación profesional diversas personas de la empresa y de diferentes niveles jerárquicos.

Yo les aconsejaba sobre lo que podían hacer en cada uno de sus casos: cómo mejorar la situación con sus compañeros, cómo conseguir que les asignaran una formación determinada, cómo conseguir un aumento salarial, cómo hacer que sus jefes les reconocieran su trabajo, etc.

Y las respuestas a mis planteamientos eran del tipo: “No, Núria, eso no lo voy a poder hacer”. “No, eso no lo podré conseguir”. “Imposible, con esta persona es imposible hablar”.

Y entonces, surgió desde la magia esa frase que empecé a repetir en las diferentes conversaciones que iba teniendo: ¿Y si te digo que puedes? ¿Que lo puedes alcanzar? ¿Que no todo está en tus manos pero que tienes mucho que decir y que hacer? ¿Y si te digo que si lo preparas bien puede funcionar? ¿Y si te digo “venga, vamos a intentarlo”?

Hace ya de eso unos 8 años y esta frase la llevo conmigo. Me la regalo a mí misma de vez en cuando (cuando en mi mente aparecen creencias limitantes) y se la regalo a muchos de mis clientes cuando se cierran en banda, cuando no son capaces de ver más allá, cuando no creen que conseguirán sus objetivos y no son conscientes de que en su vida han conseguido mucho más de lo que son capaces de ver!

Así que hoy te la regalo a ti. Y cada vez que veas muy difícil o incluso imposible acercarte o conseguir un de tus sueños, un objetivo, algo que siempre has querido, pregúntate con convicción: ¿Y si puedo? ¿Y si de verdad puedo alcanzarlo?

Y una vez soy consciente de que puedo, hay muchas herramientas de Coaching que puedo usar para conseguirlo; pero esto, si te parece, lo hablamos en otro post 😉

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