Un amigo me contó hace tiempo, tras decir esa frase, que la última persona a la que se la había oído decir, murió al cabo de una semana.

Con este post no intento ser fatalista ni pesimista; simplemente me gustaría que fuéramos todos un poco más conscientes de la importancia del tiempo y, sobre todo, de lo que hacemos con él.

Tampoco quiero que penséis que, como en cualquier momento podría pasarnos algo, pues arriemos las velas y a “vivir la vida loca”.

Este es un simple recordatorio que sólo solemos tener cuando ocurren cosas desagradables o desafortunadas; como cuando muere un familiar o cuando tenemos un accidente en el que por muy poco salvamos la vida y nuestra sensación es de que “hemos vuelto a nacer”, y a partir de entonces vemos la vida con otros ojos.

Un ejemplo lo tenemos en E.Abidal, futbolista del F.C.Barcelona, quien dijo en rueda de prensa tras superar su cancer de hígado: “He vendido todos mis coches. Lo que gastaba en coches ahora será para ayudar a niños”.

El día a día pasa muy rápido. Sin darnos cuenta es viernes por la tarde y poco después domingo por la noche, lo que significa que toda una semana ha finalizado. Y es que muchas veces vivimos esperando el fin de semana, sin disfrutar de todos y cada uno de los minutos que pasan y en los que dejamos de hacer pequeñas o grandes cosas que acumulamos porque, como buena excusa, “no tenemos tiempo”.

¿Y todo lo que dejamos de hacer? Pero no cualquier cosa… ¿todas aquellas cosas importantes que no hacemos por pereza o por vergüenza o por falta de tiempo? ¿Y aquella llamada a aquel amigo que hace tanto que no hablas? ¿O a tu abuela del pueblo que está tan mayor? O de una vez por todas, salir a la calle y pasear cerca de la playa notando la brisa en la cara o bajar al parque a respirar aire fresco…

¿Y qué me decís de ese viaje que tenemos pendiente? A veces no tenemos el dinero, otras nos falla la “logística familiar”, otras el tiempo y otras cualquier excusa que nos venga a la cabeza y que nos convence con frases como: “Da igual, ya lo haremos el año que viene”. Pero… ¿dónde estaremos o cuáles serán nuestras circunstancias el año que viene?

O ese curso de fotografía que durante tanto tiempo has deseado hacer, o esa excursión al monte o alquilar esa película que te perdiste, hace ya 5 meses.

Disfruta el día a día. Vívelo. Y haz todo aquello que tengas pendiente. No te estoy recomendando tirar la casa por la ventana sino vivir los pequeños y los grandes momentos y cumplir los pequeños y grandes sueños y deseos ahora que puedes, ahora que estás aquí, ahora que los puedes disfrutar.

Empecemos a vivir la vida con otros ojos, disfrutando de cada momento y haciendo aquello que se nos ha quedado en el tintero o que de vez en cuando se nos asoma por el hombro cual pepito grillo.

Share This